Existían dos tipos de corrientes literarias: Cuitatl (cantos y poemas) y Tlatolli (relatos y discursos).
Las creaciones poéticas, a su vez, daban lugar a muchas otras variantes, tales como:
Los cuícatl (“Que del interior del cielo vienen”), que a su vez se subdividían en:
Teocuícatl - Cantos de los dioses; materia principal del calmecac; ce carácter mítico.
Tepoxcuicatl - Cuantos que requerían acompañamiento musical; tenían temas guerreros.
Yaocuicatl - Enaltecían las hazañas guerreras; involucraban a los caballeros águilas y tigres.
Xochicuicatl - Cantos de flores.
Xopancuicatl - Cantos de primavera.
Inocuícatl - Cantos filosóficos, tristes.
Los tlatolli comprendían todo lo que no fuera inspiración poética, si no que fueran fruto de la invención y la experiencia. Éstas también se dividían en:
Huehuetlatolli - Palabras o discursos de los ancianos, que reflejan el lenguaje de la nobleza.
Teutlatolli - Disertaciones divinas.
Ye vecahu tlatolli - Versión nativa de la historia.
Tlamachilliztlatal-Azanuilli - Leyendas y narraciones.
In tonalli itlatlatolli - Sobre los destinos.
Nahuallallatalli - Conjuras pronunciadas por magos y brujas.
La mayoría de estas producciones fueron recogidas en tres importantes centros culturales: Tenochtitlan, Tlazcala y Tezcoco
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